Allí en la oscura noche, camino sin sentido alguno, mientras las gotas caían en su mejilla y rodaban hasta penetrar en el campo, ese campo que había sufrido sequía durante meses, y recién ahora estaba volviendo a respirar, siguió caminando, hasta que se encontró en el centro del campo, no había nadie a su alrededor, no había nada mas que pasto y demás especies, cerro sus ojos, grito con todas sus fuerzas, queriendo que el dolor se vaya de su cuerpo, despidiéndolo en una especie de desgarramiento de alma, intentando liberarse, volvió a abrigarse con su tapado, abrió los ojos, las lagrimas habían cambiado su significado, ahora estaba calma.
Aun con la garganta rasposa por la amplitud de sus gritos, volvió a cerrar los ojos, imagino eso que mas quería, tomo su mano, y por un momento, solo por un momento se dio cuenta que aun en la peor de las tormentas, siempre va a haber alguien que tome tu mano para despegar, aun en el peor de los casos, yo, vos o quien sea estaremos.

Ahora si, con una mezcla de sentimientos volvió al casco de la estancia, se sentó a observar como el campo, al igual que ella, ahora, podían respirar gracias a la tormenta que ya tenia fin.