Si hay algo que disfruto es quedar esperando a alguien por algunos minutos en un lugar por donde pase mucha gente, me gusta mirar las expresiones faciales, sus objetos y las cosas que los definen como seres únicos, así puedo ver diferentes narices, señoras muy coquetas que se maquillan mucho, las mas femeninas, los hombres elegantes, si se tiñen o no, y a partir de ahí inventar historias de vida…
El otro día cuando estaba caminando hacia el gimnasio, todo se presto para inventarme una escena mas que perfecta, había bajado de mi auto, y le había dicho al cuidacoches.

Nick: Me lo cuidas capo? En una hora vuelvo

El señor asintió con la cabeza y yo comencé a caminar, estaba muy nublado y lloviznando, sin embargo como suelo hacerlo siempre camine donde la lluvia pueda tocarme, mientras caminaba vi a una chica llorando y ahí comenzó la historia, le puse nombre, Alma.
Alma era una chica de 17 años, de tez muy blanca, pálida y en ese momento en vez de esbozar una sonrisa como solía hacerlo, de sus ojos verdes solo brotaban lagrimas, no entendía aun por que pero su novio había decidido darle un final a la historia que habían comenzado hacia poco y por eso ella lloraba. Era algo así como un hermoso desastre.
Podría haber vuelto a su casa, pero como muchos de nosotros no lograba sentirse del todo cómoda en ese lugar que llamaba su hogar, ella tenia un alma libre, que lograba tocar la felicidad con las manos cuando no había cadenas que la aten a nada, solo necesitaba soñar, tener un compañero, podría haberle dicho que todo final es un nuevo comienzo, podría decirle que las lagrimas no siempre son malas, que a veces sirven para sacarse todo lo malo, que pueden tomarse como gotas de dolor y todo dolor que sale reconforta, que el amor a veces es verdadero cuando se sufre un poco y que si quiere puede pelear por lo que su corazón sienta, podría haberle prestado mi hombro haberle brindado un abrazo tratando de al menos consolarla un poco.
Pero no, sentí que Alma no era de este mundo, sentí que su nombre no era en vano, sentí que ella era un “alma buena” debía aprender que en este plano, se sufre, se vive y se sangra por lo que uno ama, que acá existen personas que no saben apreciar lo que tienen, y hay otros que somos sensibles, pero que ser sensibles no esta mal, se sufre mas, se llora mas, pero también se vive mas, se ama mas allá de todo y se es feliz con mas fuerzas.
Fui a mi clase en el gimnasio, y cuando salí volví a cruzar a Alma, sus ojos habían vuelto a brillar, su palidez se había ido, y ahora tenia un color mas calido, incluso el día que estaba nublado había empezado a mejorar, ahí comprendí que a veces es bueno llorar, y que no esta nada mal sentir, que somos pocos lo que lo hacemos, y que es sinónimo directo de vivir.
Si esas cosas y muchas más imagino cuando nadie me ve, cuando paso desapercibido para el común de la gente,