La vida funciona un tanto rara a veces, pienso que todo va de la mano, que se necesitan ciertas cosas para otras, como dice una canción, se necesitan pensamientos para generar palabras, y palabras para generar acciones, se necesita sufrir para amar y ver a los ojos con felicidad, se necesita eso para poder saber identificar las grandes pequeñas cosas.
Necesitamos extrañar para simplemente amar, y se necesita de lo mismo para saber que esa persona esta ahí siempre. La vida se divide en horas, minutos, como cada uno quiera dividirla y se vive, no le podemos escapar, yo la divido en siestas, esas siestas que hacen que cuando abras los ojos digas estoy listo, esas en las que te abrazas de tu almohada con nombre, buscando quizás una compañía para tus sueños, un poco de sabiduría, para que te digan como actuar, que hacer, o simplemente para expresar ese amor que no sabes como expresarlo. Además la podes contar donde sea, quien no se durmió en un colectivo y despertó preguntándose donde estaba? O en un avión, sabiendo que estaba camino a ese lugar donde quería ir, adonde estaba ansioso por llegar, dejando la ciudad, el campo, lo que sea, pero alcanzando ese objetivo, otros duermen siesta en sus camas, esperando que el tiempo pase rápido, para llegar también a algún objetivo. Otros lo tomamos como un ritual, en patas, abrazando la almohada, durmiendo para no sentir, para no extrañar, y para que pase todo rápido…
Y si, el final es el esperado… me fui a dormir la siestita.