miércoles, 11 de marzo de 2009

Wawick Avenue


Llovía, ella estaba esperándolo con un piloto verde oscuro, y un paraguas negro, el iba a aparecer por detrás de ella, e iba a poder ver su bella cabellera rubia, esa cabellera que tanto le gustaba oler por la mañana cuando se despertaba, finalmente el tomo valor, toco su hombro con los dedos mojados, el no traía paraguas, se saludaron con un beso corto, ella miraba el suelo, pálida como las hojas del cuaderno que el le había regalado, con cada uno de los poemas que había escrito.
Decidieron entrar a tomar un café, ella no decía nada y el simplemente la admiraba, ella comenzó a hablar, le dijo que el nunca había logrado satisfacer sus necesidades, que quizás no había sido el hombre que esperaba, que nunca salían a pasear, que no la ayudaba en nada, miles de reproches que el escucho atentamente y sin decir ni una palabra, ella le dijo, me tengo que ir solo quería decirte eso, agarro su paraguas, lo miro por ultima vez, se dio vuelta y se fue, el pago rápido el café y la siguió, la tomo del brazo y le dijo “decime que al menos te hice sentir algún tipo de felicidad” ella lo miro, una lagrima comenzó a rodar por su mejilla, bajo las escaleras dirigiéndose a esa estación de subte, esa misma estación donde se mimaron, y se besaron cada vez que iban a su casa, esa estación que había marcado el final de la historia, el la vio desaparecer entre las tristes penumbras, desapareció conforme los escalones se hacían poco visibles, el comprendió que una vez su corazón se había roto, y le dijo su ultimo “te amo” aunque ella nunca lo haya escuchado.
Ese día el prefirió no tomar el subte, por un tiempo no quería pasar por Warwick Avenue.


Increiblemente escrito por... Nick. a las... 2:28 p. m. |
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